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martes, febrero 14, 2006

Identifican a otro hijo de desaparecidos

-Esto es una enorme alegría. Queremos una sociedad plena, que albergue a estos chicos-, expresó Estela de Carlotto al anunciar los detalles del caso.

Las Abuelas de Plaza de Mayo lograron identificar al hijo de desaparecidos número 82 en sus 28 años de historia. Se trata de Sebastián, el hijo de Gaspar Onofre Casado y Adriana Leonor Tasca, ambos desaparecidos desde diciembre de 1977.
Sus padres tenían 22 años cuando fueron secuestrados. Estudiaban Derecho en la Universidad de La Plata y habían militado en la agrupación Montoneros, de la que se retiraron en febrero de 1977 por el secuestro de un compañero.
El momento del secuestro fue aproximadamente a comienzos de diciembre de ese año, cuando Adriana Tasca ya llevaba cinco meses de embarazo. Por ese dato se presume que Sebastián nació a fines de marzo o comienzos de abril de 1978.
Según los archivos de la Conadep, la joven fue llevada al centro clandestino de detención -La Cacha- y de ahí al de -Comisaría 8- de La Plata. Fue vista allí en enero de 1978, todavía embarazada. Estaba en el suelo de un sótano y tenía los ojos vendados. Gaspar fue visto en la ESMA hasta diciembre de 1978.
El último caso de recuperación de la identidad de un nieto era hasta ahora el de Leonardo Fosatti del hijo de Inés Beatriz Ortega (entonces de 16 años, de La Plata, obrera textil, estudiante secundaria y militante de la UES) y Leonardo Fosatti (22 años, también platense, obrero metalúrgico y estudiante del Profesorado de Historia en la UNLP).
de diario clarin.com

lunes, febrero 06, 2006

pastores

Daniel Paz & Rudy

de diario Página12

miércoles, febrero 01, 2006

Las reglas del juego


foto página12
Luego de muchos años de ser docente, de estar en la facultad, de conversar con alumnos y profesores... o sea, luego de muchos años de dudar y convencerme de que cada día tengo menos cosas seguras, me parece que nada que pueda proponer para pensar tiene el carácter de final, de cosa juzgada.
Por eso es que se me ocurre poner una cantidad de pautas para ser consideradas como bases para poner en una clase (de matemática en principio, pero son fácilmente adaptables a otras situaciones similares) en el momento de empezar un curso. Y como yo las he adoptado desde hace tiempo, quiero compartirlas.
Estas son las reglas del juego:
Es nuestra responsabilidad (la de los docentes) transmitir ideas en forma clara y gradual. Lo que necesitamos de ustedes es que estudien y piensen.
Ustedes nos importan. Estamos acá específicamente para ayudarlos a aprender.
Pregunten. No todos tenemos los mismos tiempos para entender. Ni siquiera somos iguales a nosotros mismos todos los días.
La tarea del docente consiste prioritariamente en generar preguntas. Es insatisfactorio su desempeño si sólo colabora para mostrar respuestas.
No nos interesan las competencias estériles: nadie es mejor persona porque entienda algo, ni porque haya entendido más rápido. Valoramos el esfuerzo que cada uno pone para comprender.
(Esta vale sólo para el ámbito universitario.) En esta materia no hay trabas burocráticas. En principio, toda pregunta que empiece con:
-Como yo no rendí todavía Matemática 2 en el CBC....-, o
-Como yo todavía no aprobé Historia de la Ciencia...-, o
-Como yo todavía no hice el secundario...- , o
-Como yo todavía no me inscribí...-, etc.,
y que concluya: -¿Puedo cursar esta materia?... tiene por respuesta:
-¡¡¡SI!!!-
Pongamos entusiasmo.
La teoría está al servicio de la práctica.
Este curso consiste en que uno aprenda a pensar cómo plantear y resolver cierto tipo de problemas.
No se sometan a la autoridad académica supuesta del docente. Si no entienden, pregunten, porfíen, discutan... hasta entender... (o hasta hacernos notar que los que no entendemos somos nosotros).
¿Cómo estudiar?
a) La primera recomendación es: tome la práctica y trate de resolver los ejercicios. Si se da por vencido con uno o simplemente no sabe una definición, lea la teoría y vuelva a intentar tratando de razonar por analogía. Evite estudiar primero y enfrentarse después con la práctica.
b) Trate de entender qué significa cada enunciado propuesto, ya sea de un ejercicio o un resultado teórico.
c) Trate de fabricar ejemplos usted... ¡muchos ejemplos!... Es una buena manera de verificar que se ha comprendido un tema.
d) Dedique una buena dosis de tiempo a pensar... Ayuda... y es muy saludable.
por Adrián Paenza
de pagina12.com.ar