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sábado, mayo 05, 2012

Cristina promulgó la ley de YPF y nombró a su nuevo titular

Tras la aprobación en el Congreso del proyecto de ley de expropiación del 51 por ciento de las acciones de YPF, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner promulgó la normativa durante un acto en Casa Rosada emitido por cadena nacional y anunció que la petrolera estará presidida por el entrerriano Miguel Galuccio.
"Es un día muy especial, un día que no pensé tener que vivir como Presidenta de los argentinos. La historia ha sido muy generosa con esta Presidenta que me permitió enviar este proyecto al Congreso y poder promulgar esta ley que por amplísima mayoría aprobó el parlamento argentino", destacó Cristina, al comienzo de su discurso.

"Quiero agradecer a los distintos partidos de la oposición que acompañaron este proyecto en su esencia particular que es la de recuperar los recursos básicos. Es una mayoría como no se había obtenido otra desde 2003 a la fecha", expresó.
"Como decía ayer nuestro presidente de bloque en Diputados, Agustín Rossi, nosotros somos un moviento político que sostiene sus convicciones ya sea con aplausos o con huevazos. También quiero destacar el discurso de Miguel Ángel Pichetto en el Senado, que fue una valorización muy importante de la política", explicó.
"Quiero recordar algo que dije el 1º de marzo, durante la apertura del año legislativo, allí le pedí a la oposición que tenga su propia agenda y no sean conducidos desde otro lado que no sean sus propias ideas y convicciones", recordó.
A continuación, la Presidenta leyó una nota de Paul Krugman, economista y Premio Nobel, titulada "El camino de Argentina", y sostuvo: "él dice un poco lo que yo quería decirle a la oposición y esto no es un atque a la libertad de prensa, realmente impresiona que a veces haya una intención de dañar la Argentina, donde también están sus diarios, sus empresas. Cuando les fue mal a ellos, tras la crisis de 2001, el Congreso tuvo que salir a dictar leyes para evitar el crown down de sus bienes. Es algo así como la historia del escorpión y del sapo", expresó.
“Los intereses de una empresa no pueden ser contrarios a los del país”, continuó expresando la Presidenta para luego insistir en la "importancia del compromiso de todas las empresas de petróleo y gas en la Argentina. No es un commodite, es un recurso que atraviesa a todos los sectores sociales y económicos. Debemos articular lo privado y lo público. Debemos demostrar que podemos administrar correctamente".
Además recordó que "otro gran fenómeno que ocurrió en YPF, es que se fundía pero las contratistas se convertían en potentes empresas y esto no puede volver a suceder", para luego agregar que "nuestros empresarios deberán ajustar sus costos para fortalecer la industria nacional. Muchos vivos trabajaron al costo para desarrollarse y potenciar su industria".
Cristina Fernández de Kirchner hizo un llamamiento a todas las empresas, "ya que la mayoría esta subsidiada por el gobierno, a que reinviertan, y produzcan para no dar ventajas y porque la han juntado con pala en los últimos 9 años. No me molesta que los empresarios ganen plata, a nadie le gusta perder, pero debe estar acorde con el desarrollo y rentabilidad".
A la vez que puntualizó que "el mundo se mueve a fuerza de consumo, y si no hay consumo se producen momentos muy difíciles como los vividos en el 2001. Recordemos los fracasos para afrontar una oportunidad histórica en la que no podemos volver a esa vieja YPF que sirvió para que alguien la privatizara".
Mensaje a los trabajadores
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner finzalizó la cadena nacional con un directo mensaje a los trabajadores del petróleo sobre quienes dijo que  “son los mejores remunerados y les pido a todos que pongan un gran esfuerzo, porque no podemos perder un solo segundo de extracción por conflictos laborales, que además es injusto para millones de argentinos que todavía no tiene trabajo”.
“Nadie como el gobierno de Kirchner devolvió el derecho al trabajador como ahora. Les pido madurez y demostremos que el Estado puede administrar”, les recordó para luego dirigirse a los sindicatos al manifestar que "hay sindicatos que pueden comprar dólares, lo hacen y no los critico pero es necesario que comprendan todos nuestros dirigentes que todavía falta mucho por hacer y a mucha gente por llegar"
Continuó con el mensaje al solicitarles que "entiendan que sindicato no viene de corporación, secta, sino que viene de solidaridad. Y en base a esa solidaridad debemos pensar en millones de argentinos que tienen que recibir la Asignación Universal por Hijo".
Por último Cristina Fernández de Kirchner convocó a todos los argentinos a que "unidos con sensatez y con la memoria incorporada de nuestros fracasos, y con nuestra inteligencia somos capaces de dar vuelta la historia, como lo estamos haciendo”.
de INFOnews en diario Tiempo Argentino

martes, mayo 01, 2012

Política, participación y medios

Año 5. Edición número 206. Domingo 29 de abril de 2012
Por 
Daniel Cecchini

El acto del viernes fue una potente demostración de fuerza política por parte de Cristina Fernández de Kirchner. La respuesta a la convocatoria dejó chico al estadio de Vélez y obligó a un considerable número de militantes –de los que fueron organizados y de los que no– a seguirlo desde afuera, aunque envueltos en el fervor que irradiaba el estadio. La fecha elegida, el noveno aniversario de la primera vuelta electoral de 2003, cuando Néstor Kirchner quedó segundo con un 22% de los votos, sirvió para potenciar la escena y el mensaje presidencial. El recuerdo de aquella debilidad inicial de un candidato casi desconocido y huérfano de apoyos, que llegaría a la presidencia sin siquiera obtener la legitimación de una segunda vuelta ante la fuga como rata por tirante de Carlos Menem, marcó un contraste insoslayable. Fue desde aquella debilidad inicial que, en su primer mensaje como presidente, Néstor Kirchner convocaría a “inventar el futuro”. Nueve años después, su mujer, la Presidenta, pudo repasar parte de ese futuro ya transformado en presente y mostró que tiene la convicción y la fuerza para seguir construyéndolo.
Mostró, también, otra cosa: que el kirchnerismo es un espacio pujante, con un enorme consenso social y una impresionante fuerza propia que le permiten, finalmente, no depender del viejo aparato justicialista –esa máquina de poder proclive a ser utilizada para cualquier política y desde cualquier ideología– ni para gobernar ni para plantarse como actor principal en el escenario político argentino.
La consigna elegida, “Unidos y organizados”, encerró una doble convocatoria.
La primera de ellas, a la unidad del pueblo argentino para continuar la construcción de un país que defiende sus propios intereses –que son los de la gran mayoría de sus habitantes– en cuestiones de Estado que trascienden a los gobiernos de turno. En ese sentido, la Presidenta agradeció el apoyo que casi la totalidad de la oposición brindó en el Senado al proyecto de ley para la expropiación del 51% de las acciones de YPF que estaban en manos de la española Repsol. Y también mostró a esa medida como el último eslabón (por el momento) de una cadena de acciones estratégicas para la recuperación económica, política y social del país ya concretadas por el kirchnerismo en el gobierno. Puesto a repasarlas, el cronista se queda corto al enumerar sólo algunas: el pago de la deuda con el Fondo Monetario Internacional y la nueva Carta Orgánica del Banco Central, en lo que hace a la soberanía económica; también la reestatización de las jubilaciones, la Asignación Universal por Hijo y el Plan Conectar Igualdad, todas de gran impacto en el mejoramiento de las condiciones de vida de los argentinos; o la derogación de las leyes de impunidad y la renovación de la Corte Suprema, imprescindibles para reconstruir la confianza en la Justicia.
La segunda convocatoria, dirigida a la militancia y en especial a los jóvenes, apuntó a fortalecer la organización. Fue un llamado cuya audacia política todavía no es posible mensurar: se trata nada menos que de transformar a ese espacio político pujante pero organizativamente difuso que hoy es el kirchnerismo en una fuerza con identidad propia capaz de sostener un proyecto político que trasciende los estrechos límites del viejo aparato justicialista. Una fuerza capaz de integrar orgánicamente a importantes sectores del peronismo, pero también a otros actores políticos comprometidos con un nuevo modelo de país. Y también con la capacidad de desprenderse de las rémoras del pasado que todavía cuelgan de sus límites. A los ojos del cronista se trata de un desafío que, de concretarse, resultará en un salto cualitativo para la política argentina. El viernes la Presidenta dejó en claro que ese desafío requiere de la participación protagónica de la juventud. En otras palabras, que la renovación política tiene que ir, necesariamente, de la mano de una renovación generacional.
Por último –y esto no es ninguna novedad–, el acto de Vélez volvió a dejar en claro que el bombardeo cuasi destituyente del multimedios de Magnetto y de sus compañeros de ruta comunicacional se parece cada día más a una práctica masturbatoria cuyas construcciones fantasiosas de información ya no calientan a nadie. Quedó claro en diciembre, con el resultado de las elecciones presidenciales; también, con el enorme consenso político y social que generó la expropiación del 51% del paquete accionario de YPF. La masiva participación en el acto del viernes fue otra prueba contundente.
El autodenominado “periodismo independiente” hoy es más independiente que nunca. Tanto que se ha independizado de la realidad para inventarse una propia, en la que sólo creen sus calenturientos inventores. Afortunadamente, no es el único periodismo que se practica en la Argentina. En pocos días, Miradas al Sur cumplirá cuatro años de existencia. A diferencia del “periodismo independiente”, su línea editorial –sin esquivar jamás el debate de ideas– nunca ha ocultado su compromiso político. Se trata, simplemente, de tener honestidad política, profesional e intelectual.
Publicado en periódico Miradas al Sur